El obispo de Mar del Plata, designado arzobispo de La Plata por el papa Francisco, dijo que experimenta “un profundo sentido de desprendimiento”.
El obispo de Mar del Plata, designado este viernes por el papa Francisco como nuevo arzobispo de La Plata, aseguró que durante seis años en la Diócesis local fue “inmensamente feliz” y que, al tener que dejarla, experimenta “un profundo sentido de desprendimiento”.
En una despedida publicada por las redes sociales del Obispado, Mestre le dedica unas palabras de despedida a la “querida familia de la Diócesis de Mar del Plata”. “El Papa Francisco me ha nombrado arzobispo de La Plata. Quiero cumplir en serio la voluntad de Dios. Y aunque experimento un profundo sentido de desprendimiento, voy a servir acá con total disponibilidad”, indicó.
“Compartí con ustedes seis años en los cuales fui inmensamente feliz. Incluso en las situaciones complicadas o difíciles que tuve y tuvimos que llevar adelante. Por eso, de corazón, les doy gracias a Dios, a ustedes, queridas laicas, queridos laicos, consagradas y consagrados, seminaristas, diáconos permanentes y presbíteros, por el tiempo que hemos podido compartir”, agregó.
Mestre recordó, “en este marco de desprendimiento y de cierto dolor”, que “la fe en Jesús nos une y nos unirá siempre”. También citó palabras del exobispo de Mar del Plata y excardenal Eduardo Pironio, quien cuando se despidió de la Diócesis local afirmó que “entre dos altares no hay distancias”.
“Los quiero mucho, le pido a Dios que los bendiga y que la intercesión de la Virgen y de Santa Cecilia los acompañe siempre”, añadió Mestre.